Por Lucas Leys.- Déjame comenzar aclarándote
que la idea de la «selección natural de las especies» o «teoría de la
evolución», por la cual se cree que el hombre desciende de los monos, requiere
una cantidad similar o mayor de fe que la que se requiere para creer lo que nos
enseña la Biblia.
Ambas posiciones podrían describirse mejor como «flosofías respecto al
origen de la vida» que como «teorías científicas», ya que aunque creamos que la
Biblia dice lo correcto no podemos afirmar que sea un libro científico, y por
su parte, en el caso de la teoría de la evolución, nunca se ha probado su
veracidad científica y por eso se llama justamente «teoría».
De hecho, la teoría de la evolución incluso se contradice con algunas
otras teorías científicas, como por ejemplo con la «segunda ley de la termodinámica»
que indica que si se deja todo solo, todo tiende a desordenarse cada vez más, y
no a ordenarse y hacerse más complejo (me imagino que esto lo has probado con
tus juguetes desde tu niñez). La teoría de la evolución también supone que los
cambios o mutaciones son siempre beneficiosos, mientras que la observación de
la naturaleza nos muestra que a veces no resulta así.
Por todo esto, siempre que escuches hablar responsablemente de la
teoría de la evolución vas a escuchar hablar de «eslabones perdidos» o de
«misterios» todavía no resueltos. Vuelvo a la afirmación inicial. Ni la teoría
de la evolución ni la de la creación especial por parte de Dios se pueden
comprobar en un laboratorio. Las razones son que la creación especial ocurrió
una vez y la evolución es demasiado lenta como para que se pueda observar.
¿Qué responder entonces cuando te preguntan sobre este tema? Te hago
dos recomendaciones: Primero yo respondería lo siguiente: la teoría de la
evolución, en particular en lo que respecta al ser humano, nunca ha sido
demostrada, y por lo tanto no es necesario afirmarla ni creerla como si fuera
un hecho científico. Y segundo, recuerda que la Biblia no es un libro
primariamente de biología ni de antropología, así que enfócate en lo que
estamos bien seguros que la Biblia destaca: Dios creó todas las cosas y las
puso en orden para que funcionen. Y dentro de su creación estuvo el ser humano,
a quién Dios creó para amarlo, y quién no puede ser feliz sin corresponderle a
Dios. Es por eso que quien no tiene una relación con el Creador tiene un vacío
que no puede llenar con ninguna otra cosa que no sea Dios.
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