Rick Warren.- Entender cómo opera la tentación ya es en sí mismo
útil, pero hay pasos específicos que necesitas dar para vencerla.
REHÚSA SER INTIMIDADO. Muchos cristianos se
asustan y se desmoralizan con pensamientos tentadores, se sienten culpables
porque no están “por encima” de la tentación. Se sienten avergonzados por el
solo hecho de ser tentados. No han entendido correctamente en qué consiste la
madurez. Nunca podremos dejar atrás la tentación.
En un sentido
puedes considerar la tentación como un cumplido. Satanás no tiene que tentar a
los que están haciendo su mala voluntad; ya son de él. La tentación es una
señal de que Satanás te odia, no de tu debilidad o mundanalidad. También es una
parte normal del ser humano y del hecho de vivir en un mundo caído.
No te sorprendas ni te asustes o descorazones por ser tentado. Sé
realista en cuanto a la
incapacidad de evitar la tentación; nunca podrás evitarla completamente.
La Biblia dice: “Cuando sean tentados...”, no dice “si son tentados”. Pablo
aconseja: “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género
humano”.
NO ES UN PECADO SER TENTADO. Jesús lo fue, sin embargo
nunca pecó. La tentación sólo se convierte en pecado cuando cedes ante ella. Martín Lutero dijo: “Usted no puede impedir que los pájaros
vuelen encima de su cabeza, pero puede impedir que hagan un nido en su pelo”. No
puedes impedir que el diablo te
sugiera determinados pensamientos, pero si puedes decidir no darles cabida o
actuar con base en ellos.
Por ejemplo, muchas personas no distinguen la diferencia que hay entre
la atracción física o la excitación sexual y la lujuria. No son lo mismo. Dios
nos creó como seres sexuales, y eso es bueno.
La atracción y la excitación son respuestas naturales, espontáneas y
dadas por Dios a la belleza física, mientras que la lujuria es un acto deliberado
de la voluntad.
La lujuria es la opción de cometer en tu mente lo que te gustaría hacer
con tu cuerpo. Puedes sentirte atraído o incluso excitado y, sin embargo,
decidir no pecar por lujuria. Muchas personas, sobre todo los varones
cristianos, se sienten culpables porque las hormonas que Dios les dio se les
alborotan.
Cuando automáticamente una mujer atractiva les llama la atención, suponen
que es lujuria y se sienten avergonzados y condenados. Pero la atracción no es
lujuria hasta que se le da cabida.
Realmente, cuanto más te acercas a Dios, tanto más Satanás
tratará de tentarte. En cuanto
llegaste a ser un hijo de Dios, Satanás, como un mafioso que contrata asesinos
a sueldo, “puso precio a tu cabeza”. Eres su enemigo, y él está tramando tu
caída.
A veces, mientras oras, Satanás sugerirá un pensamiento raro o malo
simplemente para distraerte y avergonzarte. No te alarmes ni te avergüences por
eso, pero comprende que Satanás le tiene miedo a tus oraciones e intentará hacer
cualquier cosa para detenerlas.
En lugar de condenarte
con “¿Cómo se me ocurrió un pensamiento así?”, piensa que es una distracción de
Satanás e inmediatamente vuelve a concentrarte en Dios. Reconoce lo que te
tienta y prepárate. Ciertas situaciones te hacen más vulnerable a la tentación que
otras.
Algunas circunstancias te harán tropezar casi de inmediato, mientras
que otras no te molestarán mucho. Estas situaciones son particulares para tus
debilidades y necesitas identificarlas porque ¡Satanás las conoce con toda
seguridad! Él sabe exactamente qué es lo que te hace tropezar y trabaja
constantemente para ponerte en esas circunstancias.
PEDRO ADVIERTE: “MANTÉNGANSE
EN ALERTA. El
diablo está en posición para saltar; y anda le gustaría más que encontrarlos
tomando una siesta”.
Pregúntate: “¿Cuándo me siento más tentado? ¿Qué día de la semana? ¿A qué
hora del día?”
Pregunta: “¿Dónde me siento más tentado? ¿En el trabajo? ¿En casa? ¿En
la casa de un vecino? ¿En un centro deportivo? ¿En el aeropuerto o en un motel
fuera de la ciudad?”.
Pregúntate: “¿Quién está conmigo cuando soy más tentado? ¿Los amigos?
¿Los colaboradores? ¿Una muchedumbre de extraños? ¿Cuándo estoy solo?” También
pregúntate: “¿Cómo me siento por lo general cuando soy más tentado?” Puede ser
cuando estás cansado o solo o aburrido o deprimido o bajo estrés.
Puede ser cuando sientes que te han lastimado o estás enfadado o
angustiado, o después de un gran éxito o cuando espiritualmente te sientes en
la cima.
Debes identificar
tu modelo particular de tentación y luego prepararte para evitar esas
situaciones tanto como sea posible. La Biblia nos dice repetidamente que nos anticipemos
y estemos listos para enfrentar la tentación.
PABLO DIJO: “NO LE DEN
NINGUNA OPORTUNIDAD AL DIABLO”. La planeación sabia reduce la tentación. Sigue el
consejo de Proverbios, que nos aconseja: “Planeen cuidadosamente lo que
hacen... Eviten el mal y caminen directamente hacia delante. No se desvíen ni
un
paso del camino correcto”. “El pueblo de Dios evita los caminos malos,
y se protege mirando por dónde va”.
PÍDELE AYUDA A DIOS. El cielo tiene una línea
abierta para las emergencias las veinticuatro horas del día. Dios quiere que le
pidas ayuda para superar la tentación. Él dice: “Llámame cuando estés angustiado;
yo te libraré, y tú me honrarás”.
Yo llamo a esto una oración “microondas” porque es rápida y a punto:
¡Socorro! ¡SOS! ¡Ayuda! Cuando la tentación azota, no hay tiempo para mantener
una conversación larga con Dios; simplemente clamamos a Dios. David, Daniel,
Pedro, Pablo, y otros millones, han orado este tipo de plegaria instantánea
pidiendo ayuda en medio de los problemas.
La Biblia garantiza que nuestro clamor por ayuda será oído porque Jesús
se solidariza con nuestras luchas. Él enfrentó las mismas tentaciones que
nosotros. Él “entiende nuestras debilidades, porque Él enfrentó todas las
mismas tentaciones que nosotros, sin embargo, Él no pecó”.
Si Dios está esperando para ayudarnos a derrotar la
tentación, ¿por qué no nos volvemos a Él más a menudo? A decir verdad, ¡a veces
no queremos que nos ayude! Preferimos ceder a la tentación aunque sabemos que
es malo.
En ese momento pensamos que sabemos lo que es mejor para nosotros más
que Dios. En otros momentos nos avergonzamos de pedirle ayuda porque seguimos
cediendo a la misma tentación una y otra vez. Pero Dios nunca se irrita, no se
aburre ni se impacienta cuando seguimos recurriendo a Él. La Biblia dice: “Por
lo tanto, tengamos confianza y acerquémonos al trono de Dios, donde hay gracia.
Allí recibiremos misericordia y hallaremos gracia para ayudarnos exactamente
cuando la necesitamos”.
EL AMOR DE DIOS ES ETERNO, Y
SU PACIENCIA ES PARA SIEMPRE. Si tienes que clamar pidiéndole ayuda a Dios
doscientas veces al día para derrotar cierta tentación en particular, Él estará
más que dispuesto a brindarte su misericordia y su gracia, así que acércate a
él con confianza. Pídele que te dé poder
para hacer lo correcto y luego espera que te lo proporcione.
Las tentaciones nos mantienen dependiendo constantemente de
Dios. Así como las raíces crecen más firmes cuando el viento arrecia contra un
árbol, cada vez que resistes una tentación te asemejas más a Jesús.
Cuando tropieces ⎯y tropezarás⎯ no pienses que es una fatalidad. En lugar de ceder
o rendirte, mira a Dios, espera que Él te ayude, y recuerda la recompensa que
te espera: “Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado,
recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.
The casino to close immediately, says TPC - Jtm Hub
ResponderBorrar› tpc › jtm-travel-logos › tpc › jtm-travel-logos Mar 24, 2020 — Mar 24, 2020 In an update 하남 출장안마 to 인천광역 출장마사지 the casino's Terms and Conditions, 오산 출장안마 a 하남 출장안마 temporary spokesperson said in an email: "TPC 양산 출장마사지